miércoles, 14 de julio de 2010

"Hilos entretejidos"

Los Dioses murieron cuando les olvidamos, y aunque dejaron de existir hace tiempo, las Nornas siguen tejiendo las vidas de los hombres.

Es inevitable pensar en ciertos momentos de nuestra propia existencia, que algún caprichoso hacedor ha dispuesto los hechos en nuestras vidas, de tal forma que sucedan de un modo preciso y concreto, infalible, maravilloso, o doloroso, o cualesquiera que sean los adjetivos que se apliquen. Inevitable pensar, que no es casualidad, que nos dirigen por una senda concreta, o que nos desvían, y nos vuelven a llevar a un mismo cruce. Inevitable por tanto, que nos llevan a un lugar concreto.

Sin embargo, en esta creencia, y en la antigua existencia de las dísir tejedoras, subyace una conducta muy característicamente humana. Y es que es grande nuestra tendencia a creer que estamos prefijados a un destino(sea esto lo que sea),que lo que pasa pasa por alguna razón,y pensamientos similares, puesto que de esta forma nos libramos de la responsabilidad que supone el que nosotros,y sólo nosotros, somos responsables de la gran mayoria de nuestros hechos. Si a ello se le suma la componente de aleatoriedad que siempre está presente, y que puede generar casos que jamás se nos podrían haber ocurrido, podemos obtener la ilusión de que, efectivamente, alguien construye nuestras vidas.

No es sino el deseo de librarnos de la culpa por lo que pudo no ser y fué, por lo que pudo ser y no fué, por aquello que nunca llegamos a saber, y etc, lo que nos lleva a pensar que, tal vez, no somos al final responsables de nuestras vidas, y que fuerzas que no alcanzamos a conocer, las controlan por nosotros, y nos dirigen, como aburridos demonios que se divierten realizando complejas historias con pequeñas marionetas animadas ...

En el fondo sucede algo similar, solo que somos nosotros mismos los que tejemos nuestros tapices. Y no es de extrañar, que con tantos individuos tejiendo al mismo tiempo, y cuanto mas cerca peor, resulten trazados como los que aparecen. Como ciegos que caminan con un hilo en sus manos en una infinita superficie, como las moléculas de un gas que colisionan aleatoriamente, así, por suerte y desgracia, nos construimos.

Cada uno de nosotros es Urd; aquello que ha ocurrido, Verdani; aquello que ocurre, y Skuld; aquello que está por suceder. Por ello, y mal que nos pese, las Nornas, siguen tejiendo las vidas de los hombres ...

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Glaciar en Groenlandia

Glaciar en Groenlandia
Foto que tomé desde el avión Londres-Vancouver, a 11 km de altura y -60 grados celsius. Se ve la costa y el frente del glaciar y fragamentos de este flotando en el mar, brutal