Llegué para comenzar otra vida, y eso fue lo que sucedió.
Forjé con entusiasmo nuevas amistades, y con el tiempo, algunas se desmoronaron con estrépito. En cambio otras, perduraron. Porque nada es eterno, ni las propias estrellas, y algo solo es casi eterno cuando se contempla desde ciertas perspectivas..
Se me concedió la posibilidad de amar de forma sincera y libre, y la desperdicié. Tal vez, era demasiado joven... Y aunque no existe herida que no cierre, tampoco existe herida que no deje cicatriz, y nos recuerde que nuestro pasado fue real. Yo nunca dejaré de mirar mis cicatrices, y de decirme que errores no debo cometer, de nuevo...
Continué construyendo amistades, esta vez más despacio, y más seguro. Y de la misma forma que algunas florecieron, no sabría decir hasta donde, otras, desconocería como describirlas, a día de hoy... Pero una cosa está clara; nunca dejes pasar a nadie de largo sin haber intentado conocerle, porque los vientos de la vida transportan al azar, y el azar implica posibilidades infinitas...
Pude amar a una sola mujer, y a pesar de ello nunca la llegué a amar. Por ello, quiero pedirle perdón..., por esto, y por ser quien soy. De la misma forma que agradecerle lo que sabe que le agradezco: salvarme, cuando lo necesité, de la oscuridad. Y aunque nos alejemos, nada de lo que se creó morirá jamás. ¿Acaso es eso lo mas parecido que puede llegar el hombre la eternidad?
Otras pasaron por delante de mis ojos, pero por unas razones o por otras, nunca hubo más que nada, o casi nada. Y no me arrepiento, porque solamente en una de esas ocasiones habría deseado de verdad que hubiera sido de otra forma. Aquella en la que posé los ojos por primera vez, aquel segundo día; donde podría haber existido un futuro distinto, tal vez, si, de nuevo, no hubiera sido tan joven... Pero esto es nada más que la ilusión de un iluso...
Hay muchas cosas que ya nunca sabré, y hay cosas, que con seguridad no sé, puesto que a estas alturas la vida aún es joven, y aún guarda muchas cartas.
Desde aquí viajé en distintos momentos, con distinta gente, y durante tiempo distinto, a distintos lugares, y de cada uno de ellos aprendí decenas de cosas, que no tendría mayor sentido escribir.
Por supuesto, también he regresado a casa siempre que me ha sido posible. Porque nunca hay que olvidar de dónde procede uno, ni el camino que ha recorrido hasta donde está. Como tampoco a todos los que ha encontrado y dejado atrás, y a los que ha encontrado y le han acompañado, en mayor, o menor medida.
Cumplí los objetivos que se suponía debía de cumplir viniendo aquí, y algunos más, cortesía del azar. Hice mi trabajo lo mejor que pude, porque tal vez significase las bases para el resto de mi vida. Y así quedó. Porque esa ha sido la razón última que me ha traído todo lo demás.
En resumen, he sufrido y he sido feliz de muchas formas diferentes.
He hecho todas estas cosas. He agotado el tiempo y las posibilidades que me brindaba este lugar. Y si no es así, ahora mismo no veo cómo podría ser de otra forma.
Pero porque he llegado al punto en el que me encuentro ahora, llega también la hora de marcharse. Por fin lo he comprendido, y por esto me voy. Porque los que han nacido para volar siempre necesitan levantar las alas de nuevo, y librarse del cargante polvo del pasado que se acumula. Nunca olvidar, y continuar el aprendizaje.
Tal vez algún día las cosas sean como queríamos que fuesen, tal vez no. En cualquier caso, llegará un día en que no podamos o no queramos volar más, y ese día habremos encontrado nuestro lugar. Hasta entonces seguiremos sufriendo y siendo felices, de un a otro lugar, y siempre solos, hasta entonces...
"También yo digo adiós a todo lo que alguna vez tuve.
He sido feliz; feliz, ahora me voy."
