Las ilusiones que pueden convertirse en realidad, y las que no, son como cristales transparentes, unas, y espejos, otras, encima de nosotros, a los cuales miramos sin tener muy claro que es lo que estamos viendo, ni donde.
Las ilusiones factibles suelen ser las menos comunes, y son, como un cristal transparente sobre nosostros. Alzamos la vista y miramos hacia arriba, y vemos una imagen, aquello que esperamos que suceda, o lo que quiera que sea el objeto de nuestra ensoñación, y, durante un tiempo, desconocemos si lo que miramos es algo que esta solo en nuestra mente, o es algo realizable. Pero entonces llega el día, el día en el que el cristal desaparece, y en ese preciso instante nos damos cuenta de que lo que mirabamos no era solo una ensoñacion sino que es ahora efectivamente la realidad. El cristal se va, estalla en una explosion de luz que ilumina nuestra existencia por un breve periodo de tiempo, y nos revela nuestra nueva realidad, acorde con nuestras ilusiones. Pocas son las ocasiones en las que esto ocurre, pero si se dan, agradezcamoslas y simplemente disfrutémoslas, la vida nos ha ofrecido un momento para no plantearnos las cosas.
En el otro extremo están aquellos sueños que, aunque nosotros lo desconocemos por un tiempo, (como antes) son irrealizables,y que son como espejos encima de nuestras cabezas. Miramos hacia arriba, y vemos en ellos reflejados aquello que nuestro interior desea con mas fuerza, y nos quedamos atontados, ensimismados con esa imagen que nos causa sino felicidad, al menos tranquilidad, de que las cosas iran/son/han sido como a nosotros nos agrada. Sin embargo, este tiempo de tranquilidad; que para unos sera tranquilidad y para otros incertidumbre de no saber si lo que miramos es sueño o realidad, llega a su fin algun día, y el momento en el que esto ocurre, nuestro espejo se rompe. Los fragmentos, afilados y cortantes, caen, y pueden llegar a causarnos graves heridas. Ahora, la imagen que veíamos ha desaparecido, y en su lugar si miramos hacia arriba, vemos, ahora sí, la realidad, y caemos en la cuenta de nuestra situacion anterior: estabamos ciegos ante lo que en verdad era verdad, y hemos tenido que pagar el precio de nuestras heridas para verla. ¿Cicatrizaran las heridas?¿Nos enseñaran algo sobre los espejos?¿Volveremos a ponernos en una situacion asi?,...., en mi opinion, no tenemos mucha capacidad de decisión sobre esto, podemos aprender sí, e intentar evitar daños,pero el ser humano es, por naturaleza, soñador, y es esta una de las cosas que nos hace humanos.
No podemos evitar los espejos, forman parte de nuestra vida.
Las ilusiones factibles suelen ser las menos comunes, y son, como un cristal transparente sobre nosostros. Alzamos la vista y miramos hacia arriba, y vemos una imagen, aquello que esperamos que suceda, o lo que quiera que sea el objeto de nuestra ensoñación, y, durante un tiempo, desconocemos si lo que miramos es algo que esta solo en nuestra mente, o es algo realizable. Pero entonces llega el día, el día en el que el cristal desaparece, y en ese preciso instante nos damos cuenta de que lo que mirabamos no era solo una ensoñacion sino que es ahora efectivamente la realidad. El cristal se va, estalla en una explosion de luz que ilumina nuestra existencia por un breve periodo de tiempo, y nos revela nuestra nueva realidad, acorde con nuestras ilusiones. Pocas son las ocasiones en las que esto ocurre, pero si se dan, agradezcamoslas y simplemente disfrutémoslas, la vida nos ha ofrecido un momento para no plantearnos las cosas.
En el otro extremo están aquellos sueños que, aunque nosotros lo desconocemos por un tiempo, (como antes) son irrealizables,y que son como espejos encima de nuestras cabezas. Miramos hacia arriba, y vemos en ellos reflejados aquello que nuestro interior desea con mas fuerza, y nos quedamos atontados, ensimismados con esa imagen que nos causa sino felicidad, al menos tranquilidad, de que las cosas iran/son/han sido como a nosotros nos agrada. Sin embargo, este tiempo de tranquilidad; que para unos sera tranquilidad y para otros incertidumbre de no saber si lo que miramos es sueño o realidad, llega a su fin algun día, y el momento en el que esto ocurre, nuestro espejo se rompe. Los fragmentos, afilados y cortantes, caen, y pueden llegar a causarnos graves heridas. Ahora, la imagen que veíamos ha desaparecido, y en su lugar si miramos hacia arriba, vemos, ahora sí, la realidad, y caemos en la cuenta de nuestra situacion anterior: estabamos ciegos ante lo que en verdad era verdad, y hemos tenido que pagar el precio de nuestras heridas para verla. ¿Cicatrizaran las heridas?¿Nos enseñaran algo sobre los espejos?¿Volveremos a ponernos en una situacion asi?,...., en mi opinion, no tenemos mucha capacidad de decisión sobre esto, podemos aprender sí, e intentar evitar daños,pero el ser humano es, por naturaleza, soñador, y es esta una de las cosas que nos hace humanos.
No podemos evitar los espejos, forman parte de nuestra vida.