domingo, 18 de enero de 2009

"Visions/En casa"

Excepto por una tormenta en Northwestern Territories el viaje de vuelta fue increíblemente más relajado. Nadie me perdió las maletas pasaron cosas extrañas de ningún tipo. Había salido del YVR (el aeropuerto de Vancouver), alrededor de las 9 de la noche, y después de pasar por Londres y Madrid de nuevo, llegué a Santiago a las 19.00 (la verdad es que no me acuerdo exactamente) del día 30 de julio de 2007.

Aunque todos los reecuentros suelen ser parecidos, a este yo le daría una significación especial. No lo describiré, porque entre otros tampoco sabría muy bien como hacerlo, pero volver a ver a la gente que quieres despues de un mes, después de océanos y continentes de separación, cuando nunca has salido de tu casa apenas unos cuantos días, despúes de enfrentarte a tantas cosas que ni se te habrían ocurrido...resulta bastante impactante,casi parecido a la despedida. Con muchas anécdotas que contar volvimos a casa, donde espera pues lo que ya se sabe despues de un viaje, recoger,contar,...Aunque sobre todo, pensar en lo que has conseguido, y si era lo que pretendias conseguir.

Ir a Vancouver, aparte de que siempre (como muchos saben) había tenido ganas de ver Canada, fue algo más. La elección mas alejada no fue casualidad. Quise ponerme a prueba. Sabía que al curso siguiente tendría que ir a una ciudad completamente nueva, desconocida, a vivir solo, y tenía que saber cuanto podía dar de mi, hasta donde alcanzaba mi capacidad para adaptarme un "todo" nuevo. Unos 7000 km, y la soledad ante el mundo, fueron una ocpión radical, aunque acertada. La verdad, es que volví muy satisfecho. Pese a que sabía que aún esperaban épocas duras, que llegaban inminentemente, por el momento fui feliz. La estancia alli es, y no lo dudo, una de las mejores épocas que he tenido en mi vida; aprendí mas inglés, visite y viví en lugares fantásticos, y sobre todo, aprendi a vivir, como no había vivido nunca antes. Esto último es la mayor enseñanza que me aportó Canada, y todo lo que se podría sacar de ella, daría para otras cientos de páginas.

Una buena parte de como soy ahora, y de lo que soy, se lo debo a aquellos días, y se me hace demasiado lejano el momento en el que vuelva a pisar aquella tierra.

miércoles, 7 de enero de 2009

"New Horizons/Estancia, y regreso"

Sería una tontería hacer una crónica, siquiera resumida, de mi estancia en la ciudad de Vancouver. Requeriría, sin exagerar, decenas de páginas, y sería un tostón para los sufridos lectores que intentaran poner empeño en leer dichos diarios. Asi que, pongamos, un recorrido por lo sucedido, y todo lo que me aportó (que seguro será bastante), será mas que suficiente.

El recibimiento que me hizo Jean Scully nadamás llegar a su casa, fué igual de bueno que como me cuidaron durante las otras tres semanas y pico. Después de haber reclamado por la pérdida de mi maleta, y haber cogido un taxi que me llevara hasta allá (en sustitución del supuesto servicio de recogida y traslado), me abrió amablemente la puerta, nos saludamos y presentamos, y me dio un cepillo de dientes, una toalla, y me enseño nuestro cuarto, en el basement de la casa. Ese fin de semana no estaba allí, sino en Seattle, pero Sung Yeol, surkoreano, sería mi compañero de habitación y demás durante ese tiempo. Mi primer compañero de piso. Me sería imposible olvidar a mi otro compañero de casa; Cristian Canezin, brasileño, y a quien conocí a la mañana siguiente de mi llegada. Pero de ellos, hablaré un poco mas adelante.


Desde el día en el que comencé las clases en la escuela de la agencia, Jean me dejaba todos los días la merienda preparada, dentro de una bolsita de papel, de estas típicas de supermercado americano. Tampoco me podria olvidar de decir, que mi afición/vicio/llamalo X, por la mantequilla de cacahuete, empezó esa misma mañana, y tampoco es que me impactara sobremanera, pero miradme ahora.... Las comidas son,precisamente, un tema interesante. No es que Canadá tenga ninguna comida típica o caracteristica, pero dado que los Scully eran de procedencia malasia, si acostumbraban a hacer alguna que otra cosa. Eran bastante aficionados a una especie de arroz frito sequísimo (que pese a todo me comia como buen parásito), y que los domingos, acompañaban con algunas hortalizas y similares a modo de una ensalada que no sabría muy bien describir. Por otro lado, el salmón de los viernes, un salmón canadiense que Jean dejaba en el horno preparado para mi, mientras ella y Terrence iban a la iglesia, era un plato riquisisisímo. Como último dato sobre las comidas, sin duda lo mas bizarro desde mi punto de vista, era el kimchi de Sung; una especie de sopa roja de verduras enteras hiper-extra-picante, que le encataba, y cuyo olor bajaba desde la cocina hasta abajo, y seguro que mas allá.

La comida es interesante, sin emabrgo, la gente lo es más. No supe entonces, ni sabría agradecer aun ahora, todo lo que todos hicieron allí por mí, y para ayudarme y facilitarme las cosas. Eso solo para empezar. El primer día, Terrence (marido de Jean, cosa facilmente suponible pero que no habia comentado) me llevó y me izo un tour por la ciudad en si, y demás alrededores, además de llevarme a comprar el abono de transportes, que me seria de utilidad infinita en todo esos dias, y que, aun llevo en mi cartera. Sung fue quien me enseñó, en mis primeros días, tanto las líneas de autobuses que cogían mejor, como tiendas de utilidad diversa en el centro, además de darme mapas y otras cosas de esas, siempre prácticas. Todo esto enmedio de conversaciones, en las que me acribillaba a preguntas sobre el fútbol español, sobre el cual, estaba terriblemente bien informado. Aun así, no en todo tuve ayuda; veáse por ejemplo, la semana que me costó encontrar el adaptador-conversor de corriente, mientras hacia malabares para conservar la bateria del movil (había llevado el de mi madre). De igual manera que hice esto; yo solo visité Victoria (capital de BC) en la isla de Vancouver, pese a que fui con una excursion de la escuela -a partir de entonces decidí hacer cualquier cosa por mi cuenta-, el HR MacMillan Space Centre/Vancouver Musem, el TELUS World of Science (quite funny!!), Vancouver Aquarium y Stanley Park, y el MoA (Museum of Anthropology), entre otros. Supongo e imagino, que eso te aporta un cierto independentismo que puede llegar a ser dañino, pero para mí, fue algo increíblemente positivo. Aun asi, no todo fue vagar solitario. No he mencionado a Cristian demasiado antes, sin embargo con él visité el mirador de Harbour Centre, y di paseos por el centro de la ciudad, mientras charlabamos sobre como me las podría apañar en el futuro; puesto que le conte que me iba a vivir a Madrid para empezar en la universidad, y sobre lo mas que funcionaba el mundo. Gracias a él también por los videos que me paso, no es gran cosa, pero mira que nos reímos.

Entre fotos, caminatas, semana y media de lluvias -que comenzaron despues de asentarme definitivamente, cuando me lancé a la aventura de visitar y explorar nuevas zonas-, días de horrible calor, cenas a las 6.30 de la tarde, desayunos de tostadas,leche y plátanos, un horizonte de montañas que solo se quebraba por la presencia del mar, innumerables parques, mis primeras terapias de madrugada (yo las daba, no asustarse), cenas canceladas, y muchas mas desavenencias positivas y negativas, transcurrieron mis23 días en la ciudad de Vancouver

El día que hube de marcharme no fue menos enriquecedor que cualquiera de los anteriores; pese a que, solo conocía a aquella gente desde escasas semanas atrás, no se como había llegado a tener hacia ellos tal respeto y cariño. Cristian incluso derramo algunas lagrimas mientras subia al coche con Terrence, que me llevaba al aeropuerto. Sung, Cristian, Jean y sus nietos, Samuel y Sofia, observaban mientras subia las maletas, subia al coche,y arrancábamos, para verles por ultima vez, en un tiempo que espero no sea muy largo. Ah, Samuel (pronunciese debidamente) se vino con nosotros. Finalmente, con el desembarco de mis maletas del coche, y un fuerte abrazo a Terrence y su nieto, nos despedimos. “Que Dios te bendiga”, fue lo ultimo que Terrence me dijo. Ellos arrancaron, y yo entré en el aeropuerto.



Lo que resta de la historia, es solamente un contar como fue la vuelta a casa, y un resumen de los sentimientos y experiencias recogidas. Espero que tarde menos de lo que ha tardado en aparecer esta entrada, y se que no es de gran interés publico, pero toda experiencia, opino, ha de ser compartida. Ahora que sale el tema, perdón por haber tardado tanto en actualizar, el tiempo y la pereza hacen estragos juntos….

Glaciar en Groenlandia

Glaciar en Groenlandia
Foto que tomé desde el avión Londres-Vancouver, a 11 km de altura y -60 grados celsius. Se ve la costa y el frente del glaciar y fragamentos de este flotando en el mar, brutal