En casa nos despertamos alrededor de las 6:00am. Iba a ser un largo día y yo me desperté con un nudo horrible en el estomago. Mi madre me preguntó si prefería quedarme, que aun se podía hacer, pero la verdad era una pregunta que no tenia mucho sentido por ningun lado. Me esperaba un viaje de alrededor de 9400km, y no era cuestión de andarse planteando cosas. Queria ponerme a prueba a mi mismo, ver hasta donde seria capaz de aguantar; despues de toda la vida bajo proteccion y cuidado paterno (que a veces se hecha de menos jaja), era hora de que empezara a cambiar mi perspectiva de la vida. Y no habia vuelta atrás. Puede que suene a las malas, pero el miedo que tenía no era un miedo insano, era un miedo de aventurero, no un miedo que te echa para atrás, si no uno que te echa para adelante,y te impulsa a conocer nuevas cosas, enfrentarte a nuevas situaciones, descubrirte mas a ti mismo.
Llegaríamos al aeropuerto de Lavacolla a eso de las 9.00am, y cuanto antes me fuesemejor, por mal que pueda sonar. Es mejor no postergar los momentos duros, y la despedida de mis padres y mi hermano fue uno de ellos. Partía solo, lejos, estaría sin ellos durante un mes, sin idea de lo que me estaria esperando, y era lo mejor enfrentarlo cuanto antes. Empezar la odisea. La perspectiva de un viaje duro reprimió con dificultad algunas lágrimas, a medida que en las escaleras mecanicas, despues del control, les veia desaparecer.
El primero de 3 aviones salio de Santiago de Compostela alrededor de las 10.50 am, y llego a Madrid una hora mas tarde. Alli comí y pase la tarde hasta la salida del siguiente avión hasta Heathrow London, tras una llamada a casa. El siguiente viaje fue de unas dos horas y cuarto hasta llegar al aeropuerto, por suerte sin retrasos. En Londres empece a apurarme un poco. El tiempo no sobraba precisamente, y empece a agobiarme cuando vi las interminables colas y la hora del siguiente vuelo de conexion se acercaba. No lo encontraba en las pantallas y me agobie mas. Pero no tengo ni idea de como, enmedio de las supuestas voces que hablan por los megafonos en los aeropuertos, distinguí "...Vancouver....B52...", entre mas ruido, y gracias a ese golpe de suerte pude encontrar a puerta,... la que me falta en unas cosas parece que la tengo en este tipo de cosas. Ademas incluso me sobró tiempo, y pude coger el vuelo sin problemas. Un pedazo de Boeing 747-8 (
La llegada al YVR fue alrededor de las 22.00 hora local. Por aquel entonces en casa eran ya de nuevo las 6.00 am de la mañana. Habían pasado 24 horas y yo habia llegado a Vancouver, British Columbia, Canada, Norteamérica; un contintente entero de desconocidos. Ahora, empezaba la segunda parte de la odisea...
PD:iba a poner una foto de mi por aquel entonces en la T4, pero por el bien de la humanidad es mejor no hacerlo jeje